Acción Social
Acción Social
Carta de Miguel Pereda
Hace ya más de 18 años, la idea de impulsar la acción social dentro de la compañía fue tomando forma. Se trataba de responder a una motivación, y no a una moda, de devolver a la sociedad algo de lo que nos había dado, y proporcionar al equipo de personas de GL un instrumento para canalizar esas inquietudes. Respondía también a la convicción de que las empresas tienen alma, o al menos deben tenerla, y es que es una obligación y un gran reto fortalecerla.
Inicialmente fue el «comité de acción social» el que gestionaba los recursos financieros y humanos para apoyar proyectos sociales que eran presentados por diferentes miembros del equipo.
El premio que recibimos al mejor plan de acción social, otorgado por la Fundación Empresa y Sociedad, y que nos entregó SM el Rey Felipe VI, en aquel momento Príncipe de Asturias, fue el empujón definitivo.

A este proyecto inicial se le dio continuidad con la constitución de dos fundaciones, la Fundación Altamira y la fundación GL. La primera, por iniciativa de algunos socios de GL y la segunda, una evolución del comité de acción social hacia algo más institucional. La coincidencia en objetivos, personas y recursos hizo que ambas terminaran fusionándose en 2010 dando lugar a lo que hoy es la Fundación Altamira Lar.
Un ejercicio interesante fue decidir dónde concentrar los esfuerzos. La investigación y la educación se consideraron las dos grandes fuerzas que impulsan la tranformación de nuestro mundo y ambas fueron elegidas después de no pocas reflexiones. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que investigar requería de un alto nivel técnico y de especialización y se decidió que la educación, en su sentido más amplio, sería donde concentraríamos nuestros esfuerzos. Desde luego, la relación con el mundo inmobiliario y de la construcción en países donde teníamos actividad era, y sigue siendo, un importante plus.
Se implantó un sistema de gestión empresarial tal y como se gestionan el resto de áreas de negocio. Criterios de valoración de los proyectos y sus gestores, sistemas de responsabilidad y seguimiento y, cómo no, sistemas de medición de resultados, fueron las herramientas elegidas. Eso sí, fueron canalizadas con gran cantidad de entusiasmo y generosidad que provenía de todos los que querían colaborar y que se incorporaban dentro de un sistema muy participativo y abierto.
La capacidad de aportar nuestra experiencia en otros campos y de involucrar a colaboradores de la compañía se ha consolidado en estos años como un elemento multiplicador y de contagio que tiene un gran valor añadido. También, más que actuar directamente, apoyarse en otras fundaciones y ONGs especializadas y delegar en su saber hacer y trabajo se ha convertido en un pilar fundamental.
Como no hay nada mejor que los ejemplos para explicar lo que se hace y mucho más en este ámbito del compromiso social, hemos querido incluir en esta memoria las actuaciones que hemos apoyado todos estos años. Son más de 140 proyectos, más de 2,5 millones de euros y más de 300 personas involucradas que, aunque pueda resultar una gota en el océano, es una gota de la que nos sentimos muy orgullosos.
Esperamos que este documento, además de una buena recopilación, nos sirva como base lo suficientemente sólida como para seguir impulsando nuevas actividades desde hoy mismo.